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La idea de escribir sobre este ilustre hermano me vino al recibir la formal invitación de los hermanos uruguayos del Gran Oriente de la Francmasonería Mixta Universal, quienes en este mes firmaron un reconocimiento con el Gran Oriente de Francia
La invitación hace referencia al acto de celebración de los 200 años del nacimiento del “héroe de dos mundos”, Giuseppe Garibaldi, que se realizará en la sala de conferencias del Hospital Italiano (Canning y Bulevar Artigas, Montevideo – Uruguay) el 21 de junio a las 19.30.
Giuseppe Garibaldi tiene una gran actualidad puesto que fue promotor de los ideales democráticos, liberales y republicanos que defiende la Masonería. Es un personaje absolutamente moderno y fuente de inspiración para resolver los problemas del futuro. Hay que sacarlo del bronce para traerlo a una realidad palpitante donde se necesita de su ejemplo de combatiente por el humanismo, la libertad, la unidad de los pueblos, la sensibilidad social, y por el cosmopolitismo que el encarna.
Giuseppe Garibaldi nació en Niza, ciudad actualmente situada en la costa francesa del Mediterráneo, cerca de la frontera italiana. Sin embargo, puede considerarse que era italiano, dado que en esa fecha la ciudad de Niza pertenecía al Reino del Piamonte —posteriormente incorporado al Estado italiano con la unificación— habiendo sido Niza cedida a Francia en 1860, a consecuencia de la guerra con Austria, indica en la página en español de Wikipedia
Adolescencia y juventud
Era el segundo hijo de un pescador, de una familia oriunda de Liguria, en su juventud trabajó como marinero enrolado en diversas tripulaciones. Estudió de forma irregular, pero siempre le atrajo todo lo relacionado con el mar y la marina.
Con 15 años se enroló como grumete en un barco mercante, y también en esta época es ya considerado un héroe al salvar a una chica que había caído a un foso. Su padre lo inscribió en la escuela marítima de Génova en 1821.
Durante estos primeros viajes estuvo rodeado de hombres de mar con grandes ideales e ideas, como el comandante del barco Constanza, Angelo Pesante, que le marcaron su personalidad. En 1827 formó parte del barco Cortese, que zarpó de Niza y estuvo viajando por el Mar Negro, Estambul y Galacia viviendo avatares como la guerra turco-rusa.
En 1832 fue capitán de segunda clase en la Clorinda también por el Mar Negro. Esta nave fue apresada por unos piratas turcos, incluso Garibaldi estuvo apunto de ser fusilado, aunque fue herido en la mano, con la ayuda de los demás tripulantes y su primo, consiguieron zafarse de los piratas. Después de 73 meses fuera, Garibaldi volvió de nuevo a Niza.
De marinero a revolucionario
1833 es un año decisivo para Garibaldi. De vuelta de su viaje a Levante, recaló en Marsella donde conoció a Guiseppe Mazzini y por su intermedio se afilió a la “Giovane Italia”, una asociación política instituida en Marsella en Julio de 1831, donde comienza a desarrollar sus planes de conspirador por la libertad, entregando su vida a la patria y ganado los galones de capitán en la Marina del Piamonte.
Recibió el sobrenombre de Cleombroto un héroe espartano. Estuvo involucrado en la insurrección del Piamonte, donde tenía que aduñarse de la embarcación en la cual navegaba y apuntar sus cañones a Génova, viniendo su acción con la de los insurgentes de tierra para apoderarse de la ciudad y llevar la revolución a los estados sardos.
Los espías denunciaron el movimiento que debía estallar el 11 de febrero de 1834. El tribunal militar del rey Carlos Alberto de Savoia, constituído en aquella ciudad, lo había condenado a muerte en junio de 1834. Es considerado un bandido y tiene que huir, primero a Niza luego pasa por Marsella, se embarca desde aquí hacia el Mar Negro de nuevo, luego consigue irse a Sudamérica partiendo desde Marsella en el bergante Nautonnier con el nombre ficticio de Borrel, homenajeando al mártir revolucionario Joseph Borrel, afincándose en Rio Grande do Sul. Desde 1834 a julio de 1848 permanecerá en el exilio.
Estancia y luchas en América
Giuseppe Garibaldi se embarca como segundo capitán en un barco que parte para Brasil y a su arribo pasa a servir en la Revolución Farrouphila Republicana de Río Grande del Sur, en la que están comprometidos varios exiliados italianos, como Livio Zambeccari, Rossetti y otros.
Sirve a la Revolución como jefe de la pequeña escuadra Riograndense. Luchó entonces contra Pedro I de Brasil en la revolución de la República Riograndense liderada por Bento Gonçalves da Silva. En estas acciones tomó junto al general Davi Canabarro la ciudad portuaria de Laguna en el estado de Santa Catarina lo que facilitó la creación de la República Caterinense o República Juliana.
En 1836 ingresa en la logia masónica “Asilo della virtud” y se traza un plan de trabajo que tiene como punto básico la continuación de la lucha por la liberación de Italia.
En 1841 pasó a Uruguay, país que estaba en curso la guerra del presidente depuesto Manuel Oribe, apoyado por el gobierno de Buenos Aires de Juan Manuel de Rosas, contra el gobierno de facto presidido por el Gral. Fructuoso Rivera, instalado en Montevideo y que contaba con el apoyo de Brasil y de las flotas francesas e inglesas.Montevideo se encontraba sitiada por fuerzas rosistas, apoyadas por las fuerzas leales a Oribe. En el Río de la Plata, operaba la flota rosista al mando del almirante Guillermo Brown, que intentaba bloquear el puerto de Montevideo.
En 1842 el gobierno de Montevideo designó a Garibaldi como sustituto del Cro. Coe al mando de la flota, librándose entonces, el 16 de agosto de 1842 un combate naval en el Río Paraná cerca de la localidad de Costa Brava. Las naves comandadas por Garibaldi fueron derrotadas por las fuerzas de Brown, superiores en barcos y hombres. Garibaldi incendió sus naves, evitando que cayeran en manos de los rosistas; y desembarcando a tierra, logró ponerse en salvo con sus tripulaciones y armas.
Garibaldi volvió a dirigir una escuadrilla naval, al frente de la cual logró impedir que las naves de Brown ocuparan la Isla de Ratas, en la bahía de Montevideo (que pasó entonces a llamarse Isla Libertad), logrando así impedir el intento de la flota rosista de bloquear Montevideo.Vuelto a Montevideo, en 1843 -y establecido por Oribe el sitio de Montevideo que habría de prolongarse hasta 1851- Garibaldi organizó una unidad militar que fue denominada “La Legión Italiana”, al frente de la cual se puso al servicio del Gobierno de Montevideo.
Además de su importante actividad revolucionaria, Garibaldi dio clases de matemáticas e ingresó en 1844 a la Logia francesa “Les Amies de la Patrie“, según trazados que guarda la Gran Logia de la Masonería del Uruguay, en su Archivo Histórico.
Cuando el Gran Oriente de Uruguay obtiene su reconocimiento como potencia masónica regular el 17 de Julio de 1856 el “héroe de dos continentes” continúa relacionado con los masones del Río de la Plata, que le reconocen su trayectoria en la Orden y le designan miembro de honor de su logia madre, tal como surge de los Cuadros Lógicos que se exhiben en el Palacio Masónico de Montevideo.
Cabe recordar que, después de haber sido reconocida como Potencia Masónica Regular, la Masonería del Uruguay autorizó por varios años, la presencia en su territorio de dos Logias de origen extranjero: “Les Amis de la Patrie” (dependiente de Francia) y “Acacia” (dependiente de Inglaterra), según indica su stio web.
Después de diversos avatares y aventuras en este país se casa en 1842 con Ana Maria de Jesus Ribeiro, llamada después Anita Garibaldi. A ella la conoció en 1839 en Laguna, Santa Catarina, en lo que fue un auténtico amor a primera vista. Con ella tuvo cuatro hijos, Menotti, Rosita, fallecida con dos años, Tersita y Ricciotti.
Italiano de nacimiento, nunca dejó de sentir al Uruguay como una segunda patria. Su arraigo oriental estaba además sustentado en la contraversial discusión sobre su actuación y personalidad. Garibaldi se inserta en la vida política del Uruguay al calo que suscitaba la causa del risorgimiento en el Río de la Plata y en otros lugares del mundo.
Retorno a Italia y segundo exilio
Tras volver a Italia en 1848 emprendió numerosas batallas a favor de la independencia de los reinos y territorios italianos, ocupados por Austria y Francia, a las órdenes del ejército del Reino de Saboya. Se convirtió en un auténtico héroe para el pueblo italiano ávido de libertad.
Con apoyo francés, intervino en la guerra contra Austria, si bien el cambio de actitud de Napoleón III, apostando súbitamente por la negociación, truncó temporalmente los objetivos de Garibaldi. Se creó la República romana, pero esta fue derrotada. Tuvo que huir de Italia con 3.900 soldados y su esposa Anita, mientras eran perseguidos por un ejército de españoles, franceses y napolitanos; sin embargo Anita murió en la fuga a consecuencia de una fiebre tifoidea el 4 de agosto de 1849.
En setiembre de 1851, desde América Central tomó un vapor que lo llevaría al Callao. Esa nave se detuvo temporalmente en Paita, puerto norteño del Perú, donde conoció a Manuelita Sáenz, quien había sido compañera y amante de Simón Bolívar.
Posteriormente sería capitán de navío mercante por el Océano Pacífico que lo llevaría a China.
Segunda guerra de la independencia
En 1854 volvió de nuevo a Italia, compró la isla de Caprera y estalló la segunda guerra de la independencia italiana, siendo mayor general de los Cazadores de los Alpes, compuestos por 3.000 soldados. Con ellos conquistó Varese, Como, Brescia y en las negociaciones de paz, Víctor Manuel II logró de Austria la anexión de Lombardía, tras la que vendrían las de Parma, Módena, Toscana y Romaña, al solicitar sus gobiernos provisionales su unión al Piamonte.
El siguiente objetivo de Garibaldi fue entonces lograr la liberación del reino de las dos Sicilias, en el que Francisco II de Nápoles ejercía una monarquía absoluta.
Ambicionando una Italia unida bajo un solo gobierno radicado en Roma, concibió la idea de marchar sobre los Estados Pontificios, defendidos por tropas francesas. Sin embargo, Víctor Manuel y Cavour, temerosos de perder lo logrado ante una radicalización del conflicto, evitaron el avance de Garibaldi.
El incidente no supuso un enfrentamiento entre el rey del Piamonte y Garibaldi; antes al contrario, el revolucionario reconoció a Víctor Manuel como rey de Italia el 26 de octubre de 1860.
En 1861 fue invitado por Abraham Lincoln para un puesto en el ejército federal en la Guerra Civil Estadounidense, pero Garibaldi desistió.
Ultimas aventuras
Garibaldi prosiguió incansablemente sus actividades militares en busca de la unidad de Italia, emprendiendo acciones sin éxito en 1862 al grito de “¡Roma o muerte!”. La protesta de Napoleón, cuyas tropas custodiaban Roma, llevó al ejército de ocupación piamontés en Nápoles a repeler a Garibaldi, haciéndole prisionero en Aspromonte (sur de Nápoles).
En 1864 viajó hacia Inglaterra donde fue recibido por entusiasmo por la población y se reunió con el primer ministro Henry Palmerston. Tuvo durante esta época la ambición de liberar otras naciones ocupadas Croacia, Grecia, Hungría, pero nada de esto se hizo realidad.
En 1866 estalla la tercera guerra de la independencia italiana, en donde Garibaldi y 40.000 hombres de los Cazadores de los Alpes, con apoyo prusiano, lucharon contra los austriacos en la Batalla de Bezzecca, consiguiendo la única vitoria y toman la ciudad de Trento.
En 1867 realiza una nueva marcha hacia Roma aprovechando la retirada de tropas francesas, que se ven obligadas a desembarcar otra vez y a derrotar al italiano en Mentana.
Finalmente, lograda la unidad italiana en 1870, Garibaldi fue electo diputado al Parlamento, cargo al que posteriormente renunció al no concretarse en los hechos las ideas Republicanas por las que él lucho incansablemente.
Giuseppe Garibaldi era uno de los principales componentes del imaginario italiano, paradigma de la honestidad y desprendimiento bajo la aureola de radicalismo liberal que venía a insertarse también en las nuevas corrientes de izquierda. Pero no solo la izquierda, sino lo liberales, radicales y los que se oponían a la política absolutista de la iglesia sentían a Garibaldi como el paladín de las luchas por las libertades de todos los pueblos.
La unión de la Masoneria Egipcia
En setiembre de 1881 los Soberanos Santuarios de Menfis de los Estados Unidos y de Rumania, así como los Soberanos Santuarios de Menfis y Misraim de Gran Bretaña y Nápoles le concedieron el grado de Gran Hierofante General (es decir jefe mundial del Rito) a Giuseppe Garibaldi.
Al mismo tiempo que tenía lugar la unión del Rito en torno a Garibaldi, un intercambio de cartas y reconocimientos mutuos entre Yarker y Pessina permitió que se afianzara e institucionalizara la alianza entre Menfis y Misraim.
Según Gerard Galtier en su libro “La tradición oculta” parece que fue a partir de entonces cuando empezó a aparecer el “Rito de Menfis y Misraim” (que se convirtió después en Menfis-Misraim).
En cuando a Garibaldi, escribe Galtier, es cierto que era miembro de Menfis desde hacía mucho, sin embargo su nombramiento fue sobre todo honorífico, dado que su avanzada edad le impedía ejercer activamente.
La alianza en torno a él permitió una cierta reunificación de la Masonería del Rito egipcio, pero fue breve, pues, desde la muerte de aquel, otros se autoproclamaron su sucesor.
Garibaldi fué muchas veces designado como un verdadero ciudadano del mundo y también como “Caballero de la Humanidad”. El fué ante todo un “unificador de tendencias”estimado por su sincera abnegación, su integridad y su coraje.
Su gran sueño fué “Los Estados Unidos de Europa”; predicaba la unidad entre los hombres, y era un convencido de la necesidad de luchar “por la Humanidad y la Libertad en general”. Adversario irreductible de la iglesia romana, reclamaba la separación de la Iglesia y el Estado. Queria introducir la educación obligatoria, gratuita y laica y suprimir las congregaciones religiosas; rechazaba sinembargo el ateismo, la indiferencia y el “miserable materialismo”.
Victor Hugo escribió de él
“Garibaldi, ¿quién es Garibaldi? Es un hombre, y nada más. Pero es un hombre en la acepción más sublime de la palabra. Un hombre de libertad, un hombre de humanidad”.
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