Por César Huerta
En medio de las tensiones internas que vive Morena, la
Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo envió una carta a la militancia del partido
para llamar a la unidad, la ética y la congruencia política.
El mensaje fue difundido este domingo durante el Consejo
Nacional de Morena, donde la dirigencia respaldó los principios fundacionales
del movimiento.
Sheinbaum recordó que Morena nació del esfuerzo colectivo y
de la lucha por la justicia social, y advirtió que no puede transformarse en un
partido de privilegios, despilfarro o colusión con intereses oscuros.
“El fin nunca justifica los medios”, subrayó la mandataria,
al pedir que las candidaturas rumbo a 2027 se definan con reglas claras,
transparencia y sin derroche de recursos.
Claudia Sheinbaum, candidata a la presidencia por Morena,
ofreció un discurso después de recibir su constancia en las instalaciones del
Instituto Nacional Electoral. Foto: Graciela López / Cuartoscuro
La presidenta enumeró 10 principios ético-políticos para el
partido, entre ellos: evitar el influyentismo, garantizar la austeridad
republicana, no permitir pactos con el crimen organizado, respetar el método de
encuestas para definir candidaturas y rechazar el uso de espectaculares y
campañas sucias.
Sheinbaum hizo un llamado a los militantes a mantener viva
la esencia del movimiento: cercanía con el pueblo, honestidad, trabajo
territorial y humildad en el ejercicio del poder.
“No es llegar al poder por llegar. No es la ambición
personal lo que debe guiarnos, sino el bienestar del pueblo”, concluyó.
Esta es la carta íntegra que la Presidenta Claudia Sheinbaum
envió a Morena:
Queridas compañeras y compañeros:
Hace algunos meses, en el último congreso de Morena, el 22
de septiembre de 2024, decidí tomar licencia de nuestro partido, pues a partir
del 1 de octubre iniciaría mi función como Presidenta constitucional de los
Estados Unidos Mexicanos. Mi intervención en dicho Congreso, versó sobre la
historia de nuestro movimiento y lo que, desde mi perspectiva, son nuestros
principios y nuestras causas.
Considero importante, aun cuando pedí licencia, recordar
aquel discurso y hacer algunas modestas sugerencias a la dirigencia de Morena,
por el bien de nuestro país, nuestro pueblo y de nuestro movimiento.
Nunca hay que olvidar que nuestro movimiento se formó a lo
largo de decenas de años, conjuntando a cientos de miles de mexicanas y
mexicanos que veníamos de diferentes luchas: estudiantiles, obreras,
campesinas, contra la represión, por la democracia, contra la corrupción,
contra el neoliberalismo.
Personas de diversos orígenes, de diferentes sectores
sociales, fuimos construyendo una gran alianza que logró ganar la presidencia
de la república en el 2018, después de fraudes electorales, represión y con
prácticamente todos los medios de comunicación en contra. No fue fácil, fue un
camino largo.
Distintas generaciones convivimos y seguimos a un hombre
que, como los grandes de nuestra historia, nos enseñó a no rendirnos, a no
claudicar en la defensa de nuestro pueblo y nuestra nación. Andrés Manuel López
Obrador demostró ser un verdadero líder social y político con principios,
pensamiento, acción, convicción y visión.
En su camino, se ganó el corazón del pueblo y lo conservó y
conservará siempre, pues no solo no traicionó nunca su confianza, sino que
cumplió como dirigente y cumplió con creces como presidente. Además, en el
proceso supo recuperar la memoria histórica, empoderar y restablecer la
dignidad de nuestro pueblo y de nuestra patria.
Recordemos todas y todos, que Morena, nuestro partido, fue
concebido en un momento histórico muy especial. Iban a desarrollarse las
elecciones del 2012 y Andrés Manuel López Obrador tuvo la visión de que era
necesaria una nueva organización política, así, en el 2011, Morena se
constituyó como asociación civil e inició su etapa de construcción como partido
político con registro en noviembre de 2012, después de una consulta en todo el
país de quienes habíamos estado cerca de nuestro movimiento.
Mientras se hacían acuerdos de cúpulas en contra del pueblo
y de la nación, algunos decidimos caminar en la construcción de una nueva
organización política. El objetivo siempre fue transformar a México por la vía
pacífica y electoral para dejar atrás el modelo de corrupción y privilegios y
construir el bienestar y la felicidad de nuestro pueblo.
Con razones y argumentos, tocando puerta por puerta,
hablando con millones de personas, repartiendo el periódico Regeneración,
haciendo asambleas en el territorio, fuimos conformando el Movimiento de
Regeneración Nacional.
En 2014 se obtuvo el registro. En 2015 fue la primera
elección en la que participamos, hace tan solo 10 años, y obtuvimos el nueve
por ciento de la votación nacional.
Tres años después, convenciendo a millones de mexicanas y
mexicanos a unirse al movimiento, se conquistó la Presidencia de la República,
poco más de seis años después, podemos decir con certeza, que la Cuarta
Transformación es una realidad. Nuestro país es más justo, libre, democrático y
soberano, de lo que era antes del 2018.
Se demostró que es posible un nuevo modelo de desarrollo. Se
probó que cuando hay honestidad y la economía se riega desde abajo, hay
resultados. En este proceso, el pueblo de México reconoció la fuerza de su
unidad, de su historia y de su dignidad y hoy está más consciente y empoderado
que nunca.
El 2 de junio de 2024 el pueblo de México se expresó
libremente en las urnas y tomó nuevamente una decisión histórica, la de
continuar con la Cuarta Transformación de la vida pública y elegir por primera
vez en 200 años de República a una mujer como Presidenta de México.
Obtuvimos casi el 60 por ciento de la votación y la mayoría
calificada en las cámaras de diputados y senadores. Morena y nuestros aliados,
nuestro movimiento ha ganado 23 gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la
Ciudad de México y la mayoría de los congresos locales.
En estos meses, hemos mantenido nuestro rumbo, hay honradez
y responsabilidad en el manejo de los recursos públicos, se mantienen y
aumentan los programas de bienestar que apoyan a más de 30 millones de
familias.
Se fortalece el acceso a la salud, la educación pública.
Inició la edificación de un millón de viviendas como derecho social, ya comenzó
la construcción de los trenes hacia el norte, mientras continúan los del sur
del país. Se fortalece la construcción de carreteras y obras de agua potable;
se recupera aún más a CFE y Pemex como empresas públicas. Aumentó nuevamente el
salario mínimo tres veces por encima de la inflación.
Los pueblos y comunidades indígenas y afrodescendientes
fueron reconocidos como sujetos de derecho y reciben por primera vez un
presupuesto, que ejercen de manera directa. El empleo formal sigue creciendo,
hay estabilidad macroeconómica y se defiende la soberanía con dignidad y
compromiso. Este primero de junio se llevará a cabo una elección histórica. Por
primera vez elegiremos al Poder Judicial.
Recordemos siempre, que el reconocimiento de nuestro
Gobierno es porque el pueblo sabe que estamos cerca y que nunca vamos a
traicionar. Que ejercemos el poder con humildad y que consideramos el recurso
público sagrado. Informamos todos los días y recorremos el país con cercanía y
pasión.
Por ello, nunca debemos olvidar nuestro pasado. Ahí está
siempre la enseñanza. No nos equivoquemos. El dinero y el poder no es el éxito
de una persona, sino lo es su legado en la lucha por los derechos del pueblo de
México, la democracia, las libertades y la patria. Nuestro legado está en el
ejemplo que podamos dejarle a nuestros hijos e hijas.
Por todo ello, me permito recordar los puntos que presenté
en aquel congreso y sugiero que sean considerados por todas y todos, como
principios ético-políticos de nuestro Movimiento.
1. El valor de la unidad. No creo exagerar al decir que
somos el movimiento social y político más fuerte de todo el planeta, porque
tenemos un pensamiento claro y principios sólidos. No es trivial la unidad que
hemos logrado, miren otros movimientos en el resto del mundo y vean a la
derecha mexicana en una división interna sustentada en el incumplimiento de
pactos sin escrúpulos.
Porque la UNIDAD en nuestro movimiento de transformación se
construye con base en principios, en las causas por las que siempre hemos
luchado, en el reconocimiento de que juntos somos invencibles y en la madre de
todos nuestros anhelos, el bienestar del pueblo de México y el interés supremo
de la patria, que están por encima de cualquier interés personal. No apostemos
nunca a la división.
No caigamos tampoco en el sectarismo, ni por el contrario,
en el exceso de pragmatismo sin principios. En su libro Gracias, Andrés Manuel
López Obrador nos recuerda: “Los políticos no se dividen entre buenos y malos,
se distinguen, sobre todo, por su forma de actuar ante determinadas
circunstancias”. La línea suele ser delgada, pero “hay que combinar principios
con eficacia. Con más razón ahora que existe una derecha neofascista y voraz,
se requiere la unidad de todos los que nos situamos en el abanico de las
fuerzas progresistas”.
2. Todos los militantes de Morena deben conducirse con
honestidad, humildad y sencillez. La parafernalia del poder es del pasado de
corrupción y privilegios, no de Morena. No caigamos nunca en la frivolidad, en
el consumismo y la ambición por el poder y el dinero.
No es de nuestro movimiento viajar en aviones o helicópteros privados, o tener como anhelo portar ropa de marca, o tratar mal a las personas, o andar con guardaespaldas y un séquito de camionetas para ir de un lado a otro, o comer en restaurantes caros.
p style=”text-align: justify;”>Morena es humildad. Morena
no mira a nadie de arriba abajo a menos que sea para ayudar a levantarse.
Hagamos de la solidaridad, la fraternidad, el amor al prójimo, el amor al
pueblo, los valores más importantes.
Luchemos
siempre contra la discriminación, el racismo,
el clasismo, el machismo.
3. Las y los legisladores no deben andar en congresos
internacionales, usando recursos públicos para viajar al extranjero a hacer
turismo político. Sólo se justifica en una situación especial para una tarea
indispensable.
p style=”text-align: justify;”>Nuestro deber es estar con
la gente, en el territorio. Recordemos que Morena es el instrumento del pueblo
de México.
Morena debe ser
luz de honestidad y ejemplo en la sociedad.
4. Que nunca se permita el amiguismo, el influyentismo y
nepotismo. Es indispensable que aún cuando en la Constitución se estableció que
no puede haber candidatos en el periodo inmediato de familiares en ningún
puesto de elección popular hasta el 2030, Morena lo incluya desde 2027.
5. No a un partido de
Estado. El Gobierno de la república cumple sus tareas para la transformación
del país y el partido cumple las suyas. Para ello nuestro partido debe
fortalecerse sin caer en corporativismos. La organización es para la
transformación.
La fuerza
de Morena es la organización desde abajo. Sus comités de base, su contacto permanente con el pueblo, como lo sabemos
hacer, casa por casa entregando el periódico Regeneración.
6. Mantengan fuerte y
sólido el instituto de formación política, que consolide el humanismo mexicano
como nuestro pensamiento y que continúe con la revolución de las conciencias.
Sugiero que se den lecturas básicas, documentales y otros instrumentos a todos los militantes
de nuestro movimiento. Todos y todas deben conocer la historia de México, la historia de la formación de
Morena, los principios de nuestro movimiento, los logros del periodo del
Presidente López Obrador, los principales
proyectos y logros de nuestro Gobierno.
7. Morena es partido y movimiento. La movilización social
para defender los derechos del pueblo de México y la consolidación de nuestro
pensamiento debe seguir siendo nuestra fortaleza. La organización política
tiene sentido cuando tiene causas. Esa causa es la defensa de la
transformación.
8. Los gobiernos emanados de Morena deben garantizar la
austeridad republicana y la cercanía con el pueblo y el principio de por el
bien de todas y todos primero los pobres.
9. No puede haber colusión con la delincuencia, ni
organizada ni de cuello blanco.
10. Garanticen que los candidatos y candidatas sean
decididos por el pueblo a través de las encuestas. Esta ha sido una de nuestras
grandes fortalezas. Fortalezcamos la comisión de elecciones y garanticemos que
la comisión de encuestas realice con transparencia y rigor metodológico la
selección de candidatos. Mientras sigan existiendo las y los candidatos
plurinominales garanticen que sean emanados de tómbolas en el marco de los
estatutos del partido.
Para la participación en la elección del 2027, es importante
que haya reglas claras. Sugiero que el Comité Ejecutivo de Morena las proponga
al Consejo en enero de 2026, cumpliendo con las leyes electorales. Recordemos
que la mejor campaña es la de ras de tierra, la que se hace casa por casa, la
que convence, no la que usa más recursos económicos, sino la más cercana al
pueblo.
Para la definición de las y los coordinadores de la
transformación en estados y municipios considero importante que NO se permita
el uso de anuncios espectaculares, la promoción de servicios privados, las
campañas de odio en contra de otros participantes en las encuestas y
evidentemente el uso de recursos públicos. Casa por casa, volantes, trípticos,
carteles, deben ser siempre nuestra forma de comunicación.
¿Qué nos distingue a nosotros? ¿Qué somos? Humanistas que
amamos nuestra patria y tenemos un profundo amor al pueblo de México y a
nuestra historia.
Nos indigna la discriminación, el clasismo, el racismo y el
machismo, la desigualdad y la pobreza y lucharemos hasta el último día de
nuestras vidas porque las y los mexicanos puedan comer tres veces al día comida
saludable, puedan tener acceso a la educación, a la salud, al vestido y a la
vivienda.
Lucharemos por la defensa de México y las y los mexicanos.
No creemos en el consumismo ni el poder del dinero, ni en la avaricia y no, no
nos arrodillamos frente al poderoso. Creemos en un México de libertades, de
justicia, un México soberano, de democracia verdadera donde el que mande
siempre sea el pueblo de México.
Recordemos que el compromiso con el pueblo y la historia es
grande e implica darlo todo.
No podemos olvidar de dónde venimos, de lo contrario
olvidaremos a donde vamos. No es llegar al poder por llegar, no es la ambición
personal lo que debe guiarnos, sino el bienestar del pueblo.
Recordemos siempre que el fin nunca justifica los medios,
pues si en el camino se pierden los principios, será difícil recuperarlos.
Interioricemos que en las formas de hacer política debe distinguirse nuestra
honestidad.
Pensemos siempre que el poder es humildad. Esos fundamentos
son lo que nos han permitido reconstruir nuestro país y sacarlo adelante
después de la larga noche del neoliberalismo.
No nos confiemos. Es mucho lo está en juego, el presente y el futuro de nuestra nación. Con el pueblo todo, sin el pueblo nada.
Escrito por
César Huerta
Reportero. Antropólogo en formación. Me gusta escuchar a las
personas y contar sus historias. Interesado en los movimientos sociales, los
derechos humanos y la investigación del futbol desde una perspectiva social.
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