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MINISTROS DE LA CORTE PORTAN TOGAS COMPRADAS A SOBREPRECIO


polemon.mx


Las togas de lujo que visten los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) cuestan miles de pesos al erario público, elaborándose desde hace 28 años en la misma sastrería que no ofrece la mayor calidad, pero sí los mayores precios.


Según dio a conocer el periodista Daniel Flores, a Reporte Índigo, bajo el argumento de que la toga representa un símbolo de seriedad y máximo respeto a los ministros, el Poder Judicial de la Federación (PJF) ha destinado entre 12 y 23 mil pesos por cada una de las togas que ocupan los ministros.


En 2020, por ejemplo, se destinaron 211 mil pesos para otorgarle esta indumentaria a los ministros Juan Luis González Alcántara Carrancá, Yasmín Esquivel Bossa y Margarita Ríos Farjat.


Según el desglose de la adquisición, el alto tribunal destinó el recurso público para costear seis togas para los tres ministros del Pleno de la SCJN para sesiones ordinarias, las cuales tuvieron un valor de 23 mil 500 pesos cada una, es decir, 141 mil pesos en total.


Además, para eventos especiales o sesiones extraordinarias, la SCJN erogó 70 mil 500 pesos para la compra de tres togas más, según datos oficiales obtenidos por medio de solicitudes de información que se hicieron en la Plataforma Nacional de Transparencia.


Los ministros duran en su cargo 15 años, mientras que el Presidente es elegido por un periodo de cuatro años. Además del Pleno, la Corte cuenta con dos salas, compuestas por cinco ministros cada una, que sesiona una vez a la semana.


A decir de la SCJN, las togas representan el concepto de la excelencia y dignidad de quienes la portan, además de ser uno de los mayores distintivos de identificación del Poder Judicial y uno de los de mayor respeto.


La Ley indica que se deben entregar tres togas magisteriales a cada ministro, al iniciar sus periodos dentro del Máximo Tribunal Constitucional, mismas que pueden ser renovadas cuando lo soliciten los ministros, es decir, a su criterio y no por temas de antigüedad o deterioro.


Por su parte, la Dirección General de Presupuesto y Contabilidad, así como la Dirección de Recursos Materiales de la SCJN indican que el otorgamiento de uniformes y vestimenta está sujeto al presupuesto autorizado por el alto tribunal, así como al Manual de Percepciones de la Corte, expedido cada año.


Obligación bajo decreto



El periodista Daniel Flores expone que fue mediante un decreto presidencial expedido hace más de 80 años que la SCJN quedó obligada a la adquisición de esta indumentaria.


Se estableció que esta pieza de tela debe ser de seda mate negra, con cuello, vueltas y puños del mismo color. “Sin excepciones se deben respetar estrictamente estos colores en los 11 ministros de la Corte”.


Según los archivos históricos de la SCJN revisados por Flores, de 1995 a 2019 se han comprado 53 togas para los integrantes del Pleno de la Corte, que sesionan los lunes, martes y jueves de la semana, a partir de las 11:00 de la mañana.


Considerando el costo de cada una de las togas adquiridas en este periodo, la Suprema Corte ha desembolsado 773 mil 783 pesos solo para la compra de esta indumentaria para los impartidores de justicia.


Además, hay que considerar la compra de algunos birretes que costaron, en promedio, mil 500 pesos cada uno.


La sastrería



El taller destinado para la fabricación de estas togas “es todo lo contrario a elegancia y lujo tal como los exigen las especificaciones de estas prendas que se mandan a este lugar por encargo desde hace años”.


Por medio de adjudicación directa, Concepción Gutiérrez Roiz García ha aprovechado varias bolsas presupuestales para la elaboración de estas prendas para la Corte.


Según relata Flores, el taller, ubicado en la colonia Roma, se ve visiblemente deteriorado y los vecinos dicen desconocer el giro del negocio, o bien, se niegan a hablar de él.


Por su parte, no aparece una página web del negocio, y “solo algunos sitios relacionan a Concepción Gutiérrez con un número telefónico, el cual tampoco contestan a lo largo del día”, luego de intentar varias veces comunicarse para solicitar la cotización de una toga y birrete.


Además, el periodista agrega que se realizó una consulta de precios con tres diferentes negocios cuyo giro es la elaboración de trajes, togas y birretes; dos en la Ciudad de México y uno en el Estado de México.


Dichas empresas arrojaron cotizaciones con precios desde los 9 mil 100 pesos hasta los 11 mil 900 pesos como máximo, con las mismas características que exige la SCJN para vestir a sus ministros.


Un negocio en la alcaldía Benito Juárez arrojó un precio de 10 mil 900 pesos por pieza, por una toga de seda mate negra y con el peso y las mangas que solicita la Corte. En mayoreo, más de 10 piezas, el costo bajaba a 9 mil 100 pesos cada una.


Otra de las opciones, ubicada en Texcoco, pedía 10 mil 500 pesos por pieza, con el material y el peso que pide el decreto presidencial.



 

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