El texto que se ha viralizado afirma que Trump dijo: "Creo que para estas alturas, no hay nada que pueda hacer para ir al cielo. No creo que vaya al cielo. Quizás cuando estoy en mi avión presidencial es lo más cerca que llegaré". Sin embargo, no existen registros de medios de comunicación reconocidos que confirmen que el exmandatario haya pronunciado estas palabras de manera literal.
A pesar de ello, la idea de que Trump está contemplando su vida después de la muerte no es infundada. En diversas entrevistas y apariciones públicas, ha hecho comentarios que sugieren una preocupación o al menos una reflexión sobre su salvación.
En una entrevista con "Fox & Friends" en agosto de 2025, mientras hablaba de sus esfuerzos por mediar en la guerra entre Rusia y Ucrania, Trump comentó: "Quiero intentar llegar al cielo si es posible. He oído que no me está yendo muy bien. Estoy realmente en la parte inferior del tótem". Esta declaración, que generó una mezcla de risas y análisis, fue interpretada por algunos como una broma, mientras que otros la vieron como un momento de genuina introspección.
Posteriormente, en octubre del mismo año, al anunciar una iniciativa de oración presidencial, Trump habría dicho a periodistas que "no hay razón para ser bueno", para luego añadir que el incentivo es "llegar al siguiente paso", presumiblemente el cielo, y que eso era "muy importante" para él.
Estas declaraciones contrastan con la imagen de confianza inquebrantable que suele proyectar el expresidente. Analistas políticos y religiosos han ofrecido diversas interpretaciones. Algunos sugieren que se trata de una estrategia para apelar a su base electoral evangélica, mostrando una faceta más humana y reflexiva. Otros consideran que, enfrentado a diversos desafíos legales y políticos, Trump podría estar genuinamente contemplando su legado y su mortalidad.
Si bien la cita sobre su avión presidencial como lo más cercano al cielo parece ser una fabricación o una paráfrasis exagerada, es innegable que el tema de la vida eterna ha estado presente en la mente y en las palabras de Donald Trump. Estas cavilaciones públicas sobre su destino final continúan generando debate y especulación, añadiendo una nueva dimensión a la compleja figura del 45º presidente de los Estados Unidos.
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